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Ésta que escribe es una mujer muy agradecida y afortunada. Han pasado muchos muchos años desde la primera vez que empecé a canturrear al aire, inventando letras que quizá ni sabía lo que significaban. Quién iba a decir hoy, esta misma mujer, madre de dos pequeñas saltarinas que también canturrean, estaría presentando su primer material discográfico, sus letras, su música, su corazón al mundo.
Empecé a estudiar música formalmente a los 5 años de la mano de mi mamá, una excelente maestra de piano. Tiempo más tarde empecé con el violín y nunca lo solté.
Vengo de una familia muy unida y apasionada por la música. El resto fueron muy buenos cimientos académicos y grandes sueños. Le debo mucho a mis maestros y a mis alumnos. Gran parte de mi vida la he pasado en la escuela.
No soy la típica artista que empezó a escribir en una bodega con un grupo de amigos, formando una banda y tocando desde el teclado hasta la batería. No. Yo vengo de la música clásica, del ballet, de la ópera y la comedia musical, del jazz. Mi música habla de la vida, de tropezar, de levantarse, de suplicar, de soltar. A veces me río de mi tristeza, a veces lloro de alegría.
Este álbum se llama “Un nuevo inicio” pues fue en esta nueva etapa de mi vida, fuera de mi país, viviendo en Los Ángeles, que me arriesgué a escribir, a crear música con grandes amigos, compositores exitosos y conocidos como Rafael López (Elefante), trovadores, excelentes músicos. Este es un nuevo inicio como músico, como artista. Mis canciones hablan de las consecuencias y antecedentes de iniciar algo, un intercambio de miradas e incluso el vuelo de un ave.
Gracias por ser parte de este inicio,
Vale